Un destacado y espectacular jugador chileno
Por: Juan Aguad Kunkar y Raúl Roa
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Murió Alvaro Salvadores Salvi el pasado 13 de abril (2002) en Cartagena de Indias, Colombia y consituyó uno de los mejores cesteros chilenos. Un goleador insigne, nacido en Lanco, Valdivia, Chile y criado en el colegio San José de Temuco.
Junto a Rufino Bernedo, fue otro astro internacional de todos los tiempos, revolucionaron este deporte y ubicaron a esa ciudad en el primer plano entre los años '48 y '55. Medía 1.86 mts. y tenía 'pinta' de artista de cine. Un físico privilegiado. Veloz y ágil. Inventó un lanzamiento por sobre la cabeza para superar la altura de sus rivales, anotando desde mitad de cancha sin problemas. Lanzaba igual que el destacado goleador yugoslavo, Korac. La diferencia -en este lanzamiento ''intuitivo'' (no percibían la salida del balón desde sus manos)- era que Korac convertía picando siempre primero la pelota en el tablero y Alvaro tenía percepción innata directamente al anillo. Ambos eran fabulosos en este estilo.
Alvaro Salvadores fue disputado por todos los equipos de Santiago. Dejó Derecho en la U de Concepción para ingresar a la U de Chile a estudiar Educación Física. Lo arrebató después el equipo de Palestino que formó un elenco estelar. Era atracción en todas las canchas. Entrenaba mañana, tarde y noche, dos horas al menos en cada jornada. Chile le quedaba chico. En el gimnasio de la U de Concepción, cuando entrenaba se asesoraba con niños para que le pasaran el balón y les daba propina.
España, la tierra de sus padres, lo recibió con los brazos abiertos considerando su doble nacionalidad y lo integró a su selección. Jugó contra Chile en el Mundial de Argentina del '50 y fue uno de los goleadores del torneo. Salió en la tapa de la revista 'El Gráfico' junto a otros dos destacados goleadores en ese campeonato (Primer Mundial); Argentina fue campéon.
La transmisión radial fue delirante en el partido Chile-España. A cada gol del equipo chileno Alvaro respondía con otro a favor de España. Al final ganó Chile, 54-40. España acabó noveno.
Alvaro, volvió a Chile para integrarse al seleccionado chileno que ocupó el quinto lugar en la Olimpíada de Helsinki en 1952. Robert Busnel, dt de Francia, lo llevó a Racing de París como atracción y viajó por Europa y el mundo, como un 'globetrotter'.
En 1955, jugó en S.A de Colombia. Se rindió ante la belleza de una colombiana y se quedó definitivamente en aquella tierra. Jugó hasta hace poco con más de 70 años. Por su capacidad personal, Chile lo nombró Cónsul y fue, incluso, Embajador diplomático.
Formó parte de una familia de extraordinarios deportistas. Su hermano Luis alcanzó un nivel parecido y junto a Pedro, Juan y otros hermanos, conformaron un equipo de los 'hermanos Salvadores' compitiendo exitosamente por todo Chile.
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Alvaro Salvadores fue disputado por todos los equipos de Santiago. Dejó Derecho en la U de Concepción para ingresar a la U de Chile a estudiar Educación Física. Lo arrebató después el equipo de Palestino que formó un elenco estelar. Era atracción en todas las canchas. Entrenaba mañana, tarde y noche, dos horas al menos en cada jornada. Chile le quedaba chico. En el gimnasio de la U de Concepción, cuando entrenaba se asesoraba con niños para que le pasaran el balón y les daba propina.
España, la tierra de sus padres, lo recibió con los brazos abiertos considerando su doble nacionalidad y lo integró a su selección. Jugó contra Chile en el Mundial de Argentina del '50 y fue uno de los goleadores del torneo. Salió en la tapa de la revista 'El Gráfico' junto a otros dos destacados goleadores en ese campeonato (Primer Mundial); Argentina fue campéon.
La transmisión radial fue delirante en el partido Chile-España. A cada gol del equipo chileno Alvaro respondía con otro a favor de España. Al final ganó Chile, 54-40. España acabó noveno.
Alvaro, volvió a Chile para integrarse al seleccionado chileno que ocupó el quinto lugar en la Olimpíada de Helsinki en 1952. Robert Busnel, dt de Francia, lo llevó a Racing de París como atracción y viajó por Europa y el mundo, como un 'globetrotter'.
En 1955, jugó en S.A de Colombia. Se rindió ante la belleza de una colombiana y se quedó definitivamente en aquella tierra. Jugó hasta hace poco con más de 70 años. Por su capacidad personal, Chile lo nombró Cónsul y fue, incluso, Embajador diplomático.
Formó parte de una familia de extraordinarios deportistas. Su hermano Luis alcanzó un nivel parecido y junto a Pedro, Juan y otros hermanos, conformaron un equipo de los 'hermanos Salvadores' compitiendo exitosamente por todo Chile.
1 comentario:
Muchas gracias por este articulo. Me emociono bastante, es un honor ser un desendiente de la familia Salvadores Salvi.
-Martin Bartsch Salvadores (Nieto de Alfonso Salvadores)
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