Las elecciones municipales de octubre 2008, dieron un claro mensaje ciudadano a la Concertación: “se debe cambiar la forma de hacer las cosas”. Ya han transcurrido siete meses y a principios de junio, Transparencia Internacional, da a conocer que los partidos políticos están entre las instituciones más corruptas, según la percepción de los chilenos.
(Y si los chilenos hablan… es porque el río trae piedras.)
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El estudio de “Políticas Públicas” nos orienta que el origen de la corrupción no se encuentra en la deshonestidad de los funcionarios públicos ni ciudadanos, radica en el “condicionamiento del actuar” mediante "arreglos" y "conveniencias institucionales".
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Para entender estos “condicionamientos del actuar”, sean presiones partidistas o autoimpuestas, revisaremos brevemente algunos ejemplos:
1. El ministro Francisco Vidal, declaró en el Centro de Justicia de Santiago que: “para evitar un conflicto con Adolfo Zaldivar” (timonel DC.), designó políticamente (a dedo) al director metropolitano de CHILEDEPORTES (acusado de nueve delitos por malversación de caudales públicos).
2. Un ex intendente de la Democracia Cristiana en la Región de Coquimbo, al asumir su cargo, manifestó que sus asesores debían ser elegidos por capacidades y a través de concurso público, que es lo entendido como correcto por la sociedad y así estipulado -para algunos casos- por las leyes. Sin embargo, los partidos políticos no aceptaron, porque "los cargos ya tenían dueño”.
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3. Otro caso de riguroso estudio por la cantidad de “desaciertos”, fueron las contrataciones y designaciones de funcionarios con una clara identidad política, por parte de una militante del Partido Socialista y que costó la remoción de su cargo como Seremi de Salud en la Región de Los Ríos. Según el abogado Francisco Márquez Rojas, además, se pasó a llevar, “por un lado, a funcionarios probos, calificados y de una larga experiencia en las funciones de jefatura, cuya única falta es no tener el carné partidario, y, por otro lado, violentando nada menos que el ordenamiento jurídico, el que señala taxativamente la concursabilidad del cargo en mención”.
4. Si revisamos los municipios, se presume que, este panorama no variaría demasiado: Los dirigentes políticos una vez alcanzado el poder, ingresan automáticamente al “mercado regulatorio de las prestaciones” a cambio del apoyo electoral.
Estos ejemplos, corresponden a una especie de corrupción que, la ciudadanía, señala y reconoce como “intercambio de favores” o “clientelismo” o “pago de favores políticos” o “cuoteo político” o simplemente, como "pituto".
CONCEPTO: En términos generales, la corrupción política es el mal uso público (gubernamental) del poder para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente secreta y privada. Wikipedia.
¿Hay alguien que pueda negar que la corrupción, esté latente en Chile, en su región o comuna?
Si dice que no, es un ingenuo, le falta información o miente. La corrupción está… es innegable.
Entonces, falta mencionar que en los diferentes órganos del Estado, si bien existen personas probas y capacitadas, las presiones de los partidos políticos, podrían condicionar el actuar de algunos, para conseguir ventajas ilegítimas, colocando a otras personas no tan probas ni tan capacitadas. Por cierto, de esta forma los partidos políticos, se convierten en Agencias de Empleo; con las correspondientes repercusiones en la eficacia y eficiencia de los órganos del Estado.
La visión general de país, invita a la ciudadanía a reflexionar que nadie está ajeno al “condicionamiento de su actuar” por los partidos políticos, desde los cargos de confianza de los presidentes de la república: ministros, intendentes, gobernadores, seremis; hasta aquellos cargos de elección popular que, también, "juran o prometen, respetar la Constitución y las leyes", como senadores, diputados, alcaldes o concejales.
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Los diferentes ejemplos, podrían conducirnos a presumir que la “lógica partidista”, se está fundamentando -exclusivamente- en la obtención del poder, su perpetuidad y el “equilibrio político". A partir de este "equilibrio" (cuoteo), se podrían conseguir "contingentes leales" que permitan la utilización de diversos métodos para alcanzar el fin (perpetuidad en el poder); independientemente que en algunos casos, estén reñidos con los principios de probidad, transparencia; bien común; democracia e incluso con sus propios estatutos o las leyes. Pareciera ser que en esta hipertrofia que ha sufrido la actividad política chilena, prevalece "El fin justifica los medios". Así, los individualismos partidistas, van socavando los principios democráticos y desnaturalizando a un Estado que, está al servicio de la persona humana; para finalmente colocarlo al servicio de los partidos políticos.
Lamentablemente, cualquier mediocridad en el Estado, provoca daño al sistema político, cuestiona la gobernabilidad y la legitimidad en la actuación de sus autoridades o funcionarios. Se perjudica, además, el desarrollo económico y social por desvío de fondos públicos hacia patrimonios particulares o campañas políticas. No está de más recordar que, cuando los partidos políticos, aprueban la corrupción como medio para alcanzar y mantener el poder, justificando las actuaciones ilegales, se abre el camino que conduce a un país a la dictadura, al totalitarismo; como es el caso de Venezuela.
Básicamente, un gobierno totalitario, promueve el control y la represión social no reconociendo ni respetando ni garantizando los derechos de las personas ni la ley. En democracia, es difícil pero no imposible que en ciertas áreas de poder público, se incuben tentativas o acciones que podríamos llamar "totalitarismo democrático". A modo de ejemplo, imponer la conveniencia del partido por sobre el interés general o bien común, para lo cual se necesita lograr impunidad a través del control, manipulación o anulación de la sociedad; como forma de limitar, impedir o contener denuncias. El ejemplo más clásico de manipulación social es el otorgamiento o restricción de subvenciones como forma de "comprar o castigar el derecho de opinión". El éxito o fracaso de las acciones totalitarias o antidemocráticas, depende de las redes poder y los niveles de presión para “condicionar el actuar”, tanto ejercida por los partidos políticos para obtener sus beneficios, como por la ciudadanía que, reclama una gestión pública transparente y proba.
Entonces, si no existe Participación Ciudadana, apoyada por otros mecanismos de control y sanciones ejemplares, tanto a los autores materiales, intelectuales, cómplices o encubridores y a sus respectivas instituciones, que logre desmotivar los actos de corrupción e impida su impunidad: "no se descarta que tengamos que resignarnos a un escaso desarrollo económico, social y cultural; con la correspondiente conculcación de los derechos humanos".
Es paradójico que la Oposición, "valuarte de probidad", también haya sido 'golpeada' con el flagelo, reconociendo que la corrupción, es 'patrimonio' de todos los sectores. Aún así, se aprovecha -políticamente- de los “escandalillos” que ofrece la Concertación. Pero, sabemos que mucho critica y entraba iniciativas, ante esto debemos preguntarnos si ¿ha tenido la capacidad de ser una Oposición eficaz, fiscalizadora de los actos de corrupción? ...o... ¿estará esperando, pacientemente, SU TURNO para dar continuidad al prorrateo de los cargos del Estado, como un trofeo de los vencedores?
REFLEXIONES:
¿.Será que a nuestros partidos políticos se les perdió el Norte de la institucionalidad democrática y están tan desgastados que ya no tienen Ética ni autocrítica.?
¿.Será que perdieron la capacidad de pensar, proponer, debatir o negociar; actuando totalitaria o dictatorialmente para imponer sus designios oportunistas y aplastar a otros partidos políticos, ciudadanos, organizaciones; pueblos originarios y a la comunidad nacional.?
Fuera de los patéticos espectáculos nacionales, regionales y comunales; los improperios en las primarias de la Concertación; los empujones, puntapies y manotazos en el Congreso de los concejales en Coquimbo; la "cimarra" de los diputados en el Congreso; ¿.qué más ofrecen.?... (.¿.Se van a seguir agravando estas situaciones.?.)
¿.A usted ciudadan@, le da lo mismo que esto esté sucediendo en Chile.?... ¿.Cree que más allá de depositar votos en las urnas, puede hacer algo por su país.? ... ¿.Qué haría.? ... ¿.Por qué no lo hizo antes.?
De mantenerse la actual situación, con inexistencia de soluciones concretas a esta presunta pandemia, creo que la alternancia en el poder, sería una irresponsabilidad. Sólo trasladaríamos la percepción de decadencia y corrupción de unos partidos políticos a otros, pero la crisis de ética pública se mantendría intacta o empeoraría.
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J. Cabezas G.
Ciudadano
Comuna de Lanco
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3 comentarios:
al final la politica tiene el mismo fin, desprestigian este servicio y se supone trabajan por la gente y en vez de eso le mienten y se benefician a costillas de nosotros y del estado.
es una verguenza tener politicos y entes asi en chile
La corrupción no se ve, no se escucha, pero se percibe.
Los ladrones que roban poco o los ladrones que roban mucho, SON LADRONES.
Los que practican la corrupción en forma mínima y aquellos que incorporan a su modo de ser la corrupción, SON CORRUPTOS.
Me parecio interesante el tema ,pero creo que cambiar la politica y las personas inversas en ella hoy en dia es una utopia... lamentablemente los Chilenos nos acostumbramos a esta clase de politica ......
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