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Olga Lucía Obando Salazar
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Nació en la Virginia Risaralda, Colombia, el 8 de junio de 1959. Estudios de música en Instituto Popular de Cultura, Psicóloga, M.A, y Doctorado en Ciencias de la Educación de la Universidad Técnica de Berlín. Del 1994-2001 miembro activa del Taller de Escritura de mujeres latinoamericanas “Cantos de Flores” de la ciudad de Berlín. Amplia experiencia en el trabajo feminista. Actualmente profesora del Instituto de Psicología de la Universidad del Valle, Cali, Colombia. Miembro fundadora de Amazonas Fundación de Mujeres y directora de los Grupos de Investigación: Desarrollo Psicológico en Contextos, del Centro de Investigaciones de Estudios Avanzados en Psicología, Cognición y Cultura; y del grupo: Políticas, Desarrollo, Género y Ciudadanía, del Centro de Estudios de Género Mujer y Sociedad.
Publicaciones: Poesía y prosa, 1999; con otros autores: Tatort: U-Bahn 1995, Wieder Erzählung und Kaleidoskope 1996, Festliche Worte 1997, Dichterbegegnung, 1998, Cantos de flores 2001, Revista, La manzana de la discordia. Año 2006
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Olga Lucía Obando Salazar
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Nació en la Virginia Risaralda, Colombia, el 8 de junio de 1959. Estudios de música en Instituto Popular de Cultura, Psicóloga, M.A, y Doctorado en Ciencias de la Educación de la Universidad Técnica de Berlín. Del 1994-2001 miembro activa del Taller de Escritura de mujeres latinoamericanas “Cantos de Flores” de la ciudad de Berlín. Amplia experiencia en el trabajo feminista. Actualmente profesora del Instituto de Psicología de la Universidad del Valle, Cali, Colombia. Miembro fundadora de Amazonas Fundación de Mujeres y directora de los Grupos de Investigación: Desarrollo Psicológico en Contextos, del Centro de Investigaciones de Estudios Avanzados en Psicología, Cognición y Cultura; y del grupo: Políticas, Desarrollo, Género y Ciudadanía, del Centro de Estudios de Género Mujer y Sociedad.
Publicaciones: Poesía y prosa, 1999; con otros autores: Tatort: U-Bahn 1995, Wieder Erzählung und Kaleidoskope 1996, Festliche Worte 1997, Dichterbegegnung, 1998, Cantos de flores 2001, Revista, La manzana de la discordia. Año 2006
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Verde Lorca
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Era un verde lorquiano, un verde de caña, de palmas, de olivas dulces. Estática, taciturna y pesada, como el aire antes del temblor embriagabase de la tibieza de ese verde tan suyo, tan íntimo. Una ruleta de preguntas le rondaba siempre. Cómo había podido separarse sin crisis de sus montañas. Cómo había podido olvidarse de la magia eterna del fuego, de la fruta madura, perfumada y jugosa. Cómo había renunciado a ese reconocerse en cada uno, en cada elemento cercano. El rayo de metal (cruz-espada de plata) la había cautivado, había engendrado en ella deseos desconocidos, sueños abstractos y extraños. Se había abandonado a la búsqueda, había bebido cada espacio, cada tiempo de ese elemento que la embriagaba, pero no lograba la satisfacción. Su capacidade de asombro se reducía a la nada, todo era metálico y acronico. Viajes infantiles (regresiones tardías) giraban locos y repentinos como las astas del molino de viento en la tormenta y un olor a piña la invadía de pronto. No se sentía triste ni angustiada. Ante sus visiones se mantenía cual esfinge, brotada de la comisura de sus labios una sonrisa al tiempo que gruesas lagrimas inundaban sus ojos.
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Era un verde lorquiano, un verde de caña, de palmas, de olivas dulces. Estática, taciturna y pesada, como el aire antes del temblor embriagabase de la tibieza de ese verde tan suyo, tan íntimo. Una ruleta de preguntas le rondaba siempre. Cómo había podido separarse sin crisis de sus montañas. Cómo había podido olvidarse de la magia eterna del fuego, de la fruta madura, perfumada y jugosa. Cómo había renunciado a ese reconocerse en cada uno, en cada elemento cercano. El rayo de metal (cruz-espada de plata) la había cautivado, había engendrado en ella deseos desconocidos, sueños abstractos y extraños. Se había abandonado a la búsqueda, había bebido cada espacio, cada tiempo de ese elemento que la embriagaba, pero no lograba la satisfacción. Su capacidade de asombro se reducía a la nada, todo era metálico y acronico. Viajes infantiles (regresiones tardías) giraban locos y repentinos como las astas del molino de viento en la tormenta y un olor a piña la invadía de pronto. No se sentía triste ni angustiada. Ante sus visiones se mantenía cual esfinge, brotada de la comisura de sus labios una sonrisa al tiempo que gruesas lagrimas inundaban sus ojos.
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Pance
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Soñé que me encontraba sentada sobre una gran piedra. Esas que parecen estar puestas a propósito, para que los bañistas tomen el sol a las orillas de nuestros ríos. Miraba la corriente embriagada. Empecé a escuchar, a oír allí las risas, esas carcajadas alegres. No veía rostro alguno, pero reconocía a mis gentes por su risas. Tú estabas también allí. Mi alma se expandió precipitadamente en cada partícula de mi cuerpo. Hacía – o sentía yo – ese calor frecuente de mi tierra caleña. Me desnude rápido y me refresque, – me bañe en la risa de ustedes –, terminé por unirme a la corriente, por convertirme en risa, carcajada loca. Fue agradable reír y nadar a tu lado.
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Soñé que me encontraba sentada sobre una gran piedra. Esas que parecen estar puestas a propósito, para que los bañistas tomen el sol a las orillas de nuestros ríos. Miraba la corriente embriagada. Empecé a escuchar, a oír allí las risas, esas carcajadas alegres. No veía rostro alguno, pero reconocía a mis gentes por su risas. Tú estabas también allí. Mi alma se expandió precipitadamente en cada partícula de mi cuerpo. Hacía – o sentía yo – ese calor frecuente de mi tierra caleña. Me desnude rápido y me refresque, – me bañe en la risa de ustedes –, terminé por unirme a la corriente, por convertirme en risa, carcajada loca. Fue agradable reír y nadar a tu lado.
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Visiones del deseo
Golpes de mar gallego,
arrecifes agrestes
te recuerda mi carne
pulsa mi sangre fuerte
Cada golpe de ola,
me acaricia, te anhelo
perfumes de eucaliptos
me envuelven en tus velos
Algodones de azúcar
visiones del deseo
que endulzan mis pasiones,
fantasías y sueños
En lenguas jugosísimas
se disuelven sin miedo
cual arena te acojo
mi amor, mi mar gallego
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Golpes de mar gallego,
arrecifes agrestes
te recuerda mi carne
pulsa mi sangre fuerte
Cada golpe de ola,
me acaricia, te anhelo
perfumes de eucaliptos
me envuelven en tus velos
Algodones de azúcar
visiones del deseo
que endulzan mis pasiones,
fantasías y sueños
En lenguas jugosísimas
se disuelven sin miedo
cual arena te acojo
mi amor, mi mar gallego
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Salsa
Hija zamba y mestiza de América,
fuerza de cueros, tambor negro,
pulsión de carne aún virgen,
grito que une distancias.
Ritmo negro, melodía de indio,
ritmo que hierve en mi cuerpo,
fuerza que contrae y expande mis músculos,
hace temblar mis huesos,
placer prescrito,
ritmo interno, melodía propia, milenaria.
Arrullo que bombea la sangre de mis pechos,
templa la cuerda de mi propia guitarra,
hace soñar con el amor eterno,
sincretismo de erótico, nostalgia y elegancia.
Salsa, encuentro de ciegos
que se leen con las manos,
rebelión del placer negado, controlado,
cascada cómplice de reconocerse
en movimientos en sí, sincronizados.
Salsa, lengua húmeda de cuerpo amazónico,
caribeño, serrano,
amenaza constante,
hija ilegítima de América.
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Hija zamba y mestiza de América,
fuerza de cueros, tambor negro,
pulsión de carne aún virgen,
grito que une distancias.
Ritmo negro, melodía de indio,
ritmo que hierve en mi cuerpo,
fuerza que contrae y expande mis músculos,
hace temblar mis huesos,
placer prescrito,
ritmo interno, melodía propia, milenaria.
Arrullo que bombea la sangre de mis pechos,
templa la cuerda de mi propia guitarra,
hace soñar con el amor eterno,
sincretismo de erótico, nostalgia y elegancia.
Salsa, encuentro de ciegos
que se leen con las manos,
rebelión del placer negado, controlado,
cascada cómplice de reconocerse
en movimientos en sí, sincronizados.
Salsa, lengua húmeda de cuerpo amazónico,
caribeño, serrano,
amenaza constante,
hija ilegítima de América.
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Semilla
Soy semilla de un sueño de emigrantes,
de esa especie de semillas regadas por el viento en un descuido,
de familia bastarda, no debo obediencia a los patrones,
mis raíces son eternamente jóvenes,
la tierra que me acoge es de sol infinito.
Crecí en la tierra del sol,
lugar que encierra el peligro de que todo en ella germine,
manigua que guarda víboras voraces, turpiales, querubines,
ríos traviesos, coquetos, traicioneros, sombríos,
tengo raíces de selva, de bosque, de pradera.
Mis astas, crecen entrelazadas a una arboleda gigante,
a veces transparente, a veces con espinas,
buscan la luz del sol, el aire, el infinito,
mis astas, no son sólo mis astas,
son tan de ella como mías.
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Soy semilla de un sueño de emigrantes,
de esa especie de semillas regadas por el viento en un descuido,
de familia bastarda, no debo obediencia a los patrones,
mis raíces son eternamente jóvenes,
la tierra que me acoge es de sol infinito.
Crecí en la tierra del sol,
lugar que encierra el peligro de que todo en ella germine,
manigua que guarda víboras voraces, turpiales, querubines,
ríos traviesos, coquetos, traicioneros, sombríos,
tengo raíces de selva, de bosque, de pradera.
Mis astas, crecen entrelazadas a una arboleda gigante,
a veces transparente, a veces con espinas,
buscan la luz del sol, el aire, el infinito,
mis astas, no son sólo mis astas,
son tan de ella como mías.
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Raíces
Raíces de capote, cagajón, hojarasca
papa criolla, serrana, sabanera, andina
que calmaste su hambre de poder, de osadía
Los mares lo arrastraron,
el hambre le acosaba
con manos bondadosas le abriste a él
tu lecho
Esa tierra manchada del grito semi seco
del amor expropiado, mancillado, cautivo
conociste el pecado del amor en sus besos
Cruz-espada de plata, ése su amor sin ecos
él no entiende tu entrega, ni la ofrenda, ni el rito
sus manos solo saben de traición y delito
Que distante se hallaban!
cual rayo fue su encuentro!
¿no le odias tú acaso?
¿sueñas aún sus besos?
Te amó en ese tu brillo
él te quiso fundida,
en monedas de oro y reliquias de iglesia trasformó tu alegría
te mantiene aún cautiva
¿Era su Dios acaso, más cruel que el de los tuyos?
ni el oro, ni la sangre le calmaban la ira
no marchaban sus víctimas al altar con orgullo
Dios de blancos que arranca al amor su murmullo
Raíces de capote, cagajón, hojarasca
tierra, canto de flores
en tu amor prohibido
te olvidaron tus dioses,
Incas,
Mayas
Aztecas,
Mapuches,
Precolombinos
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Raíces de capote, cagajón, hojarasca
papa criolla, serrana, sabanera, andina
que calmaste su hambre de poder, de osadía
Los mares lo arrastraron,
el hambre le acosaba
con manos bondadosas le abriste a él
tu lecho
Esa tierra manchada del grito semi seco
del amor expropiado, mancillado, cautivo
conociste el pecado del amor en sus besos
Cruz-espada de plata, ése su amor sin ecos
él no entiende tu entrega, ni la ofrenda, ni el rito
sus manos solo saben de traición y delito
Que distante se hallaban!
cual rayo fue su encuentro!
¿no le odias tú acaso?
¿sueñas aún sus besos?
Te amó en ese tu brillo
él te quiso fundida,
en monedas de oro y reliquias de iglesia trasformó tu alegría
te mantiene aún cautiva
¿Era su Dios acaso, más cruel que el de los tuyos?
ni el oro, ni la sangre le calmaban la ira
no marchaban sus víctimas al altar con orgullo
Dios de blancos que arranca al amor su murmullo
Raíces de capote, cagajón, hojarasca
tierra, canto de flores
en tu amor prohibido
te olvidaron tus dioses,
Incas,
Mayas
Aztecas,
Mapuches,
Precolombinos
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Xochicuicatl pelea
Tu error es la ceguera
el señor colonial, se arrulla hoy en tu hamaca,
visita tu jardín, canta en tu misma lengua
Le entregaste tus flores
guerreras en sus cantos
Golpe seco en la espalda
Silencio que denuncia
Tus flores se marchitan,
no perfuman tus campos
Xochicucalt despierta,
pelea por lo tuyo
Denuncia a cuatro vientos
con fuerza ese delito
Grita fuerte no importa,
que lastimes sus mimos
abandona ese miedo
a perderte en sus brazos
de mentira es su lengua,
sombra de amos malditos
Defiende el nombre indio
recupera el perfume
de Orquídeas, Azucenas,
Jazmines y Yarumos
Palpitación de hembra
los cantos de quetzales, tucanes, cacatúas
mirlos, cóndores, pinos
esperan que tus puertas
Xochicuicatl les abras
Volaran sin fronteras
La danza en infinito
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Tu error es la ceguera
el señor colonial, se arrulla hoy en tu hamaca,
visita tu jardín, canta en tu misma lengua
Le entregaste tus flores
guerreras en sus cantos
Golpe seco en la espalda
Silencio que denuncia
Tus flores se marchitan,
no perfuman tus campos
Xochicucalt despierta,
pelea por lo tuyo
Denuncia a cuatro vientos
con fuerza ese delito
Grita fuerte no importa,
que lastimes sus mimos
abandona ese miedo
a perderte en sus brazos
de mentira es su lengua,
sombra de amos malditos
Defiende el nombre indio
recupera el perfume
de Orquídeas, Azucenas,
Jazmines y Yarumos
Palpitación de hembra
los cantos de quetzales, tucanes, cacatúas
mirlos, cóndores, pinos
esperan que tus puertas
Xochicuicatl les abras
Volaran sin fronteras
La danza en infinito
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Elementos
Cubierta de algodones
que hablan sobre el mar
sobre esclavos vendidos
hambre, látigo, peste,
desarraigo, algo más
Con collares de conchas
cogidas en azar
tambores, fuego, caña
la danza, su ritual
recupera sus dioses, habla, con Yemanya
Chaquiras de unos indios
que sufren a no más
rojas, negras, blanquitas, azules de coral
hablan lenguas extrañas protégelos del mal
Cuentas de barro América
no te podrán quitar
Se llevaron el oro,
les es propio abusar
dejaron sus bastardos,
no quisieron mezclar
Déjame que hoy rebusque
en un blanco de mar
mi pasado de negro,
hombre libre de allá
En mis chaquiras veo
no se puede evitar
el contacto con Dioses
de mi tierra natal
Mi barro me aprisiona,
me forma, me da lugar
con millones de ocres,
que dejan cultivar
.
Cubierta de algodones
que hablan sobre el mar
sobre esclavos vendidos
hambre, látigo, peste,
desarraigo, algo más
Con collares de conchas
cogidas en azar
tambores, fuego, caña
la danza, su ritual
recupera sus dioses, habla, con Yemanya
Chaquiras de unos indios
que sufren a no más
rojas, negras, blanquitas, azules de coral
hablan lenguas extrañas protégelos del mal
Cuentas de barro América
no te podrán quitar
Se llevaron el oro,
les es propio abusar
dejaron sus bastardos,
no quisieron mezclar
Déjame que hoy rebusque
en un blanco de mar
mi pasado de negro,
hombre libre de allá
En mis chaquiras veo
no se puede evitar
el contacto con Dioses
de mi tierra natal
Mi barro me aprisiona,
me forma, me da lugar
con millones de ocres,
que dejan cultivar
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Regreso
He de tornar con marcas
a la tierra del fuego
una curva en mi espalda
escarchas en mi pelo
cargada de mil rosas
perfumando lo seco
He de dejar los días
con opacados cielos
los relojes que huyen
arrastrando en desvelo
las voces que confortan
en profundo silencio
No he de esperar al verde
con ansia de mil besos
el amor como instante
dejaré a los recuerdos
He aprendido que apeos
Se encuentran en deshechos
que ser viejo es desgracia
y el respeto derecho
Reencontraré el perfume
de piñas, guayabas y pomelos
lavaré mis pesares
en los ríos traviesos
he de mirar de frente
la cara de mis muertos
Aprenderé de nuevo
a sonreír sin pretexto
mujeres de mil rostros
llevaré en mis recuerdos
sus perfumes y cantos
reencontrare en lo nuestro
Recorreré las calles
con cautela y con miedo
la noche se presenta
redondita de celo
Reiniciaré los pasos
dejados hace tiempo
buscaré ojos fieles
que cobijen mi cuerpo
He de llevar aroma
de distintos almuerzos
de comuma y de cardamón
anís, curry y orégano
.
.
Dejaré que mi cuerpo enloquezca de nuevo
al ritmo de tambores
sacudiré mis huesos
olvidaré esos ojos con azules de cielo
que bailaban contando
e invadidos de miedo
.
He de tornar con marcas
a la tierra del fuego
una curva en mi espalda
escarchas en mi pelo
cargada de mil rosas
perfumando lo seco
He de dejar los días
con opacados cielos
los relojes que huyen
arrastrando en desvelo
las voces que confortan
en profundo silencio
No he de esperar al verde
con ansia de mil besos
el amor como instante
dejaré a los recuerdos
He aprendido que apeos
Se encuentran en deshechos
que ser viejo es desgracia
y el respeto derecho
Reencontraré el perfume
de piñas, guayabas y pomelos
lavaré mis pesares
en los ríos traviesos
he de mirar de frente
la cara de mis muertos
Aprenderé de nuevo
a sonreír sin pretexto
mujeres de mil rostros
llevaré en mis recuerdos
sus perfumes y cantos
reencontrare en lo nuestro
Recorreré las calles
con cautela y con miedo
la noche se presenta
redondita de celo
Reiniciaré los pasos
dejados hace tiempo
buscaré ojos fieles
que cobijen mi cuerpo
He de llevar aroma
de distintos almuerzos
de comuma y de cardamón
anís, curry y orégano
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Dejaré que mi cuerpo enloquezca de nuevo
al ritmo de tambores
sacudiré mis huesos
olvidaré esos ojos con azules de cielo
que bailaban contando
e invadidos de miedo
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Ojos de tierra
De tierra son los ojos que te miran
de tierra los espejos que adivinan
de tierra con aroma, de café colombiano
de familias inmensas, discusiones sin par
tus montañas, tus ríos, tu sol primaveral
Espejos del amor, adivino en mi tierra
humedad de amazonas
pacífico manglar
Salada y arenosa es mi tierra del fuego
dolor en la guajira
desierto sin igual
En tierra de mi llano zapatea el recuerdo
en un zumba que zumba me dejo develar
De tierra mis mujeres
de caña y de tabaco
con cadencia de palma y la fuerza del mar
La nostalgia me arrulla de páramo y neblina
me envuelvo en mantas indias
su línea es ancestral
tumbas indias que guardan, silencios taciturnos
Negra tierra capote de un sur ecuatorial
mis ojos son de tierra
de tierra mis espejos
se transforma en poema no lo puedo evitar
.
De tierra son los ojos que te miran
de tierra los espejos que adivinan
de tierra con aroma, de café colombiano
de familias inmensas, discusiones sin par
tus montañas, tus ríos, tu sol primaveral
Espejos del amor, adivino en mi tierra
humedad de amazonas
pacífico manglar
Salada y arenosa es mi tierra del fuego
dolor en la guajira
desierto sin igual
En tierra de mi llano zapatea el recuerdo
en un zumba que zumba me dejo develar
De tierra mis mujeres
de caña y de tabaco
con cadencia de palma y la fuerza del mar
La nostalgia me arrulla de páramo y neblina
me envuelvo en mantas indias
su línea es ancestral
tumbas indias que guardan, silencios taciturnos
Negra tierra capote de un sur ecuatorial
mis ojos son de tierra
de tierra mis espejos
se transforma en poema no lo puedo evitar
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Mensaje al lector:
Cada Poeta participante acepta su responsabilidad exclusiva de sus contenidos literarios de sus creaciones. También esta Antología puede ser publicada en las páginas web de cada Autor o ser replicada por otros medios como ser fónico, magnético, fílmico, siempre y cuando los autores den su consentimiento expreso a quien desee promulgar esta Antología. Si algún Poeta tiene la iniciativa de inscribir en su país el derecho de autor, éste deberá quedar a nombre de todos los Escritores. Para fines expresamente literarios, quien coordina el Proyecto es el Doctor Atilio Laurence Almagia.
Mensaje al lector:
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1 comentario:
Olga, finalmente entro em contato consigo. Maravilha ler seus poemas...
Um grande abraço
Maria J Fortuna
http://arteseartesmjfortuna.blogspot.com.br/
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